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El pescado es una buena fuente de proteínas, minerales y vitaminas y su consumo debería ser de entre 3 y 5 veces por semana en cualquier etapa de la vida.
Aunque muchas veces nos falta tiempo para cocinar o incluso para ir a la compra y como no por el elevado precio del producto fresco, así que una buena forma de consumirlo es conserva, ya sea en lata o en bote. Las conservas de pescado son productos seguros y juegan un papel importante desde un punto de vista nutricional y de comodidad en la dieta saludable de todos los grupos de población pero también son una forma fácil y rápida de introducir el pescado en nuestro día a día.
Las conservas de pescado son ricas en ácidos grasos como el Omega-3. Una de las grandes ventajas de las conservas de pescado en lata es que en realidad estamos consumiendo un producto fresco que ya está cocinado y que al esterilizarse y envasarse por este proceso no necesita conservación en frío.
Otro dato importante del proceso que se sigue para elaborar las conservas de pescado es que no altera las proteínas, lípidos y glúcidos de estos alimentos, ademas, son también una importante fuente de calcio, sobre todo las sardinas si se consumen enteras con espinas, ya que una lata de sardinas en aceite de 100 gramos contiene alrededor de 300 miligramos de calcio.
Si ademas añadimos que muchas conservas tienen unos envases que realmente llaman la atención y sirven hasta para llevarlas directamente a la mesa, eso si, siempre lavándolas antes de abrirlas.
Estas que os enseño aquí las trajeron de Lisboa, y visualmente no podéis negar que no tienen desperdicio, casi me da pena abrirlas por lo bonitas que son. ¿no opináis lo mismo?